En relación con la edición anterior hay tan pocas novedades que incluso repiten los tres primeros en la clasificación, es decir, el España vuelve a conseguir el título y Rubí se queda de nuevo a las puertas, con el CPLV en tercera posición. En cuanto a los equipos nuevos se incorpora el Rolly-Roller Villanova, que queda en última posición en la que resultó ser su primera y única temporada en la Liga Nacional. Lamentablemente otro proyectyo que no termina de cuajar y desaparece. En cuanto a los equipos madrileños buena temporada de Tres Cantos, que consigue la quinta posición mientras Alcorcón cae a la séptima, es decir, invierten exactamente las posiciones de la temporada anterior, marcando una tendencia que se ha mantenido en las siguientes temporadas, con los de Alcorcón perdiendo fuelle mientras que Tres Cantos se va asentando poco a poco en la parte alta de la tabla, aunque sin dar el salto a las tres primeras posiciones.
Y vuelve a celebrarse una nueva edición de la Copa, sin lugar a dudas la más polémica de todas las celebradas hasta ahora. En un principio todo parecía aventurar que iba a ser una edición espectacular, ya que se había elegido Bilbao como sede, ciudad en la que un mes después iba a celebrarse el Mundial, para lo cual se había construido una pista de 30 x 60, con suelo de sport-court y todas las comodidades que se podían esperar, así que la Copa no podía celebrarse en mejor escenario. Pero como siempre suele suceder las cosas no salen como uno piensa, y las obras de la pista no se acabaron a tiempo de celebrar la Copa y tuvo que buscarse un nuevo escenario, jugándose los partidos en un pabellón sin condiciones, con un calor delirante (el portero de Tres Cantos llegó a desmayarse, después de esto se pusieron ¡ventiladores! detrás de los porteros) y, para rematar la faena, los organizadores quisieron cobrar por las entradas. Si tenemos en cuenta que esto del hockey a todo el mundo le suele costar dinero, podemos imaginarnos la polémica que generó todo esto, ya que después de que la gente se pagase el viaje pretendían hacer pagar a los pocos acompañantes de los equipos, ya que sólo permitían que entrasen sin pagar los jugadores y dos personas más por equipo. En algunos momentos prácticamente se llegó a las manos. Y, además, cobrar entradas no es tan fácil, ya que tienes que darte de alta fiscalmente, declarar los ingresos, etc, de manera que al final vino la policía y pudo entrar todo el mundo, pero el ambiente no fue el más alegre, que digamos. En cuanto a lo deportivo de nuevo ganó el CPLV en una final sin demasida historia contra el equipo de Rubí, que llegaba muy desgastado a la final tras disputar las semifinales contra el España y conseguir el pase en la prórroga con un gol de oro. Los de Valladolid se convertían en el primer club con dos títulos de Copa.
