lunes, 21 de junio de 2010

Campeones del Torneo Playas de Oropesa categoría benjamín.


Sí, no es un error, este es el blog destinado al equipo de Liga Élite, pero creo que es el lugar apropiado para comentar lo que ha sido este segundo Torneo benjamín Playas de Oropesa. El nivel que ha alcanzado nuestros benjamines ha sido sencillamente espectacular, y bueno será que los jugadores de Élite vean su blog ocupado por lo que viene detrás, y que se vayan preparando.

Las aspiraciones eran altas, en la edición del año anterior habíamos caído derrotados en la final por un claro 8/2 ante el España, y salvo Javier Salido que había pasado de categoría el equipo era el mismo, y además todos, menos Raúl Barbo, uno de los porteros, de último año. Dos líneas fuertes y dos porteros, un equipo muy completo. Y los jugadores fundamentales en la consecución de la victoria del España habían cambiado de categoría. No podíamos negar que teníamos un buen equipo. Pero era difícil predecir el nivel que alcanzarían en la pista.

En el primer partido nos enfrentábamos a uno de los locales el CPILC B, a priori un rival sencillo. Pero nunca te puedes fiar del local, más si no podíamos casi ni calentar en la pista. Las dudas se disiparon a los 4sg de comenzar cuando Carlos Ravi anot su primer gol. A partir de aquí dominio absoluto hasta el 20-0 final. Pero lo más llamativo es que el CPILC B tiró a puerta dos veces en todo el partido, clara señal de la concentración de todos los jugadores. No es fácil no tener ningún despiste en un partido ganado tan claramente.

Antes de comer nos enfrentábamos a los vascos del Metropolitano, y de nuevo Carlos Ravi abría el marcador, aunque esta vez necesito unos 30 sg. Pero este partido fue otra historia, ya que los de Bilbao traían un equipo más grande, y no dudaron en usar absolutamente todos sus recursos, legales o no, para defenderse. Resultado final 11-0 y ningún tiro a puerta de los del Metro.

Ya por la tarde y con bastante calor el rival eran los Llops de Vila Real, un club nuevo pero que está subiendo muy rápido. De nuevo Carlos Ravi marcaba antes del primer minuto y los Llops conseguían tirar a puerta una vez. 14-0 al final.

Y para cerrar la maratoniana jornada nos enfrentábamos a las 21:00h al CPILC C, y Miguel Cruzat era quien tenía el feo detalle de anotar el primer gol en el primer minuto y quitárselo a Carlos. Al final 21-0 en un partido en el que por momentos parecía que podíamos anotar mucho más. De nuevo el contrario, en este caso los Llops, tiraron dos veces.

Finalizábamos la fase de grupos en cabeza, invictos, con 66 goles a favor y cero en contra. En el otro grupo finalizaba líder el CPILC A, también con unos números impresionantes, 48 goles a favor y 1 en contra. Nos íbamos a la cama con algo más que los deberes hechos, habíamos conseguido dar un golpe de autoridad muy grande y convertirnos en uno de los claros favoritos al título.

El domingo comenzaban los cruces, y antes de nosotros se enfrentaban el CPILC A y el Metroplitano, y si bien eran los levantinos los favoritos eran los vascos los que se ponían por delante. El partido se mantuvo empatado a dos durante muchos minutos, pero al final se imponía el CPILC A con un claro 6-2. Pero había tenido que pelear hasta el final, habían llegado las semifinales y ya nadie regalaba nada. Tras este partido llegaba la segunda semifinal, en la que nos enfrentábamos en duelo fraticida a nuestros vecinos y sin embargo amigos del SPV Fénix. Y la cosa cambió, tras una primera fase en la cual prácticamente nadie nos había tirado a puerta en los primeros segundos los madrileños tiraron tres veces a la portería defendida por Jaime Carballo. Pero siguiendo la tradición Carlos Ravi volvió a anotar antes de que finalizase el primer minuto. al final un claro 15-0 para los de Las Rozas, pero el ritmo del partido había sido diferente, el SPV Fénix había apretado más que nadie hasta el momento, pero los Caníbales habían respondido subiendo el ritmo y sin perder la concentración en ningún momento. Se plantaban en la final sin encajar un solo gol.

Nos fuimos a comer con sensaciones un tanto encontradas, ya que sobre todo tras las semifinales el equipo se había convertido en claro favorito para el título, y eso puede convertirse en una losa muy pesada para críos de once años. Nadie dudaba de que visto lo visto, y con todos los respetos del mundo al CPILC A, perder la final habría sido un desastre. Y quizás ese fuese nuestro peor enemigo, nuestra propia exigencia. Llevábamos el marcador con cero goles en contra tras cinco partidos, y eso nos daba un poco de vértigo.

Tras la lucha por el bronce en la cual ganó con un ajustado 3-2 el Metropolitano al SPV Fénix comenzó la final. El CPILC A es un equipazo, con un gran portero y una muy buena primera línea, pero con el punto débil de una segunda línea algo más floja, con jugadores más pequeños. Pero a pesar de nuestra teórica superioridad los rivales tenían argumentos de sobra para llevarse el partido. Y comenzamos muy fuertes, tirando a puerta de una forma continúa. Pero esta era una final y se juntaron un par de factores: en primer lugar un gran portero y en segundo nuestra ansiedad. En lugar de buscar el pase nos centrábamos en tirar cuando podíamos. Por su parte los levantinos se dedicaron a defender a muerte, poniéndonos en grandes aprietos en cuando recuperaban el puck. El dominio era mayor por nuestra parte, pero el encuentro se podía haber decantado hacia cualquiera de los dos lados. Pero aquí apareció alguien que casi nadie se había fijado en el, y resultó ser el portero Caníbal. En esta ocasión era Raúl el que ocupaba la portería, y tuvo en estos minutos tres o cuatro intervenciones a tiros peligrosísimos del CPIL A que de haber entrado nos habrían comprometido mucho. Por fin, tras pasar los cinco primeros minutos, Dani Cruz conseguía anotar el primer gol. Y un par de minutos después conseguía el segundo. Poco a poco nos íbamos acercando al objetivo, pero todavía quedaban 15 minutos para el final, y dos goles son pocos. Para dar más emoción al encuentro Carlos Ravi sufrió una expulsión, y los del CPILC A nos encerraron en nuestra portería. Pero aquí Dani Cruz podía haber sentenciado, pero falló solo ante el portero. Quien nos salvó fue Raúl, que paró un peligroso tiro justo cuando Carlos volvía a la pista. En esos momentos la presión de los locales era muy fuerte, y lo estábamos pasando mal, pero entonces apareció Carlos y anotó el tercero para Las Rozas, y ese gol aclaraba mucho el encuentro. A partir de aquí unos se vinieron abajo y los otros para arriba, y fue entonces cuando los Caníbales sentenciaron, un golazo de Miguel Cruzat y otro más de Dani Cruz dejaron la final decidida, sólo quedaba mantener la portería a cero y conseguir algo que jamás nadie a conseguido en un campeonato de nivel nacional de cualquier categoría, finalizar sin encajar un gol en seis partidos. Y así fue, finalizamos el encuentro y nos llevamos una victoria impresionante, más que por el título en sí por la forma, ya que este equipo formado por diez niños de once años (Jaime Carballo, Raúl Barbo, Jaime Sardinero, Leyre Villar, Daniel González, Daniel Cruz, Miguel Cruzar, Xavier Labaien, Carlos Ravi García e Iván Pascual) había sido capaz de mantener la tensión durante 210 minutos en los cuales no habían regalado ni lo más mínimo al contrario, y fruto de esa lucha y concentración había sido el impresionante logro de acabar con la portería a cero. Los 86 goles a favor pasaban a un segundo plano, bien cierto que también impresionante pero en este caso accesorio. Será difícil que esto vuelva a conseguirse.

En cuanto al torneo, una organización impresionante. La gente del CIPLC ha creado un evento que en dos ediciones se ha convertido en un clásico, funcionando todo como un reloj, con un ambiente excelente y con una entrega de trofeos de lo más vistosa, dando las medallas más bonitas que he visto nunca. Un diez, y esperamos poder tener el honor de ser invitados en próximas ediciones.

Sólo me queda dar las gracias a toda la afición caníbal que nos acompañó y apoyó en Oropesa, y sobre todo a nuestra delegada, María José, que estuvo detrás nuestro todo el tiempo, trabajando como un frigorífico atenta a cualquier necesidad del equipo. Sin ella todo habría sido mucho más difícil.






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