domingo, 29 de julio de 2018

El milagro español visto desde irlanda

  Por un momento me voy a poner en la piel de algún irlandés que, de una manera u otra, ha participado en el Mundial por primera vez en su historia. Después de todo el lío está, en un pub de Dublín, delante de una pinta de cerveza, analizando como ha ido la cosa. No se puede quejar, y aunque han quedado en los  puestos de abajo, vigésimos, no han sido los últimos, ya que por detrás suyo están Australia e India. Buen balance para su estreno mundialista. Ahora toca mirar hacia delante y plantearse como será el futuro. Lo primero que le gustaría es asentar la participación, y ser capaces de asistir a los World Roller Games de Barcelona 2019, al menos con la selección senior masculina, y, si es posible, con alguna más. En un medio plazo intentar ir con el mayor número de selecciones y mejorar deportivamente. Y a largo plazo, por que no soñar, conseguir alguna medalla...

  Nuestro irlandés ha aprovechado el mundia para ver al resto de los equipos, y de las competiciones, no sólo la masculina. Seguro que le ha llamado la atención la velocidad de la selección junior de USA, la calidad de los campeones senior Checos, la competitividad de las chicas de Estados Unidos y la plantilla tan completa de las pequeñas españolas. Ganar un mundial no es fácil, y hay que tener muchas cosas buenas. Nuestro irlandés sabe que el hockey en línea de su país no tiene casi ninguna de las cosas que hacen falta para ser campeón del mundo, salvo las ganas, pero a él le gustaría poder luchar por ello algún día. Y para lograrlo tiene que encontrar el camino.

   Como muchos de los aficionados al hockey en línea se enganchó primero al hockey sobre hielo, pero al no haber instalaciones en su país practica el hockey en línea. Disfrutó de lo lindo con la final masculina, pero sabe que esos jugadores de tanta calidad si no provienen del hockey sobre hielo al menos lo compatibilizan en ligas de muy alto nivel. Y en Irlanda no tienen nada de eso. En junior masculino y en senior femenino pasa lo mismo (incluso una jugadora de USA consiguió una medalla de plata en las olimpiadas de invierno). Los paises con buen nivel de hockey sobre hielo mandan en en hockey en línea. Salvo en junior femenino. Es más, en esta categoría jugó la final una de las potencias mundiales del hielo, como es Finlandia, pero la derrotó España. Como buen Irlandés lo primero que le vino a la cabeza al oir la palabra "España" fue cualquier cosa menos hielo. Está bien, se dijo, el mundial junior femenino es el más fácil, puede haber sido que hay poco nivel. Pero como es un tipo curioso no se conformó con eso, y se puso a mirar el papel de España en el resto de los mundiales, y vió dos medallas de bronce en esta edición, y dos medallas de plata en los Roller Games de China, y dos oros más, y varios bronces... En ese momento a nuestro irlandés le dio un pálpito, y en contra de lo que siempre había pensado se dio cuenta de que no es necesario ser una potencia en el hockey sobre hielo para serlo en el hockey en línea. En ese momento se convención de que el sueño de conseguir que Irlanda luchase por los mundiales no era ninguna tontería.

  Todos los que llevamos tiempo en esto podemos identificarnos con nuestro querido irlandés, ya que tiene los mismos sueños que tuvimos hace veinte años, cuando no éramos nadie a nivel internacional. Y ahora nos vemos aquí, con tres medallas en el cuello y pensando que hemos tenido malas suerte, y que estando un poco más centrados podríamos haber conseguido mejores resultados. Sin darnos cuenta nos hemos convertido en una potencia de primer nivel, es más, en este mundial nadie ha conseguido tres medallas. Es cierto que USA ha logrado dos oros, pero nuestro oro y dos bronces demuestran el nivel del hockey en línea español. Y con una peculiaridad muy llamativa, pues somos la única potencia que brilla en todas las categorías sin tener un hockey sobre hielo potente. En todos los podios, salvo el junior femenino, los países presenten tienen ligas de hockey sobre hielo con miles de fichas, mientras que nosotros no debemos de llegar ni a las 600 (la liga senior española de hockey sobre hielo cuenta con cinco equipos). Esto visto desde cualquiera de esos países tiene que resultar inexplicable.

  Pero sí, no necesitamos el apoyo de ningún otro deporte para haber llegado al primer nivel mundial, hemos sido capaces de lograrlo nosotros solitos. El hockey en línea español es una realidad en sí misma. Y esto tiene mucho más mérito de lo que parece. Volviendo a nuestro irlandés probablemente piense en que tenemos una federación que nos apoya al 100%. Y se lleva otra sorpresa, en la Federación Española manda el hockey tradicional, y las selecciones de hockey en línea prácticamente no pueden hacer concentraciones, además tienen que meterse diecisiete horas de autobús para ir a Italia... Y si se alegró cuando vio que no hacía falta el hockey sobre hielo para poder competir a nivel mundial ahora el pobre hombre no entiende nada. Y la verdad es que yo tampoco.

  Tengo que reconocer que hay mucho de inexplicable en los resultados que conseguimos a nivel mundial, y uno, que ya tiene una edad, le vienen a la cabeza los éxitos de Severiano Ballesteros, campeón de un deporte que no conocía prácticamente nadie en este país, de un Ángel Nieto que iba hasta Alemania en la misma moto con que competía en la carrera que después ganaba, y de tantos otros. Desde mi punto de vista hay mucho de genialidad, de esa capacidad que tenemos los españoles de buscar las vueltas a las cosas y resolver los problemas. Pero no es sólo eso. Si algún día viene a España nuestro amigo irlandés le vamos a poder mostrar unas competiciones que crecen y funcionan cada año, unos clubes que trabajan como frigoríficos y miles de familias que dan todo su apoyo para que todo salga adelante (además de muchos señores vestidos de rayas que aguantan el chaparrón cada jornada). Pero si queremos seguir arriba también tendríamos que poder enseñarle una Federación que invierte en este deporte, una formación de entrenadores que sea digna de recibir ese nombre, y una repercusión en los medios a la altura de nuestros éxitos.

  Si miramos hacia atrás, y si nos vemos a nosotros mismos hace veinte años, podemos calificar como de milagro lo que hemos conseguido. Ahora nos queda el no conformarnos con esto, ahora hay que conseguir más oros. A seguir trabajando.

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